Enigma en el mar

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Una noche salí a caminar para despejar un poco la mente. Me aquejaba una gran tristeza y durante mi recorrido pasé por la playa, así que decidí sentarme un rato sobre la arena a una distancia considerable del mar. 

       Desde niño he tenido miedo de acabar muerto en las profundidades, me intrigaba también imaginar que creaturas extrañas habitaran el fondo de los mares. Pero ahí estaba yo, esa noche, con la esperanza de que pronto apareciera la luna y apaciguara un poco la oscuridad que me invadía. Como era mi manía, me quite los zapatos para hundir los pies y sentir los granos de arena, aquello me dio calma.  

       No sé cuánto tiempo pasó y de repente apareció ella con su inmensidad y su belleza, no puede evitar observarla durante unos minutos. Después de ese tiempo noté que a lo lejos algunas formas emanaban del mar; parecían ser succionadas por la luz de mi bella luna. Se veían como esqueletos humanos y claro que aquello me aterró, pero decidí achacárselo a que era producto de mi imaginación. Respiré hondo y la brisa dejó un sabor a sal en mi garganta. Miré alrededor y no había nadie. Después de un rato, cuando me volví a tranquilizar, escuché un sonido intenso que provenía del mar; era como un canto de notas agudas y rítmicas. Seguro caí en estado hipnótico, hasta que escuché a una pareja de enamorados gritándome. De milagro me vieron, me pedían que saliera, yo no estaba consciente de estar sumergido entre las aguas. Durante unos segundos el miedo me paralizó. Las olas me jalaban con una fuerza descomunal, luché contra ellas y logré salir, ya que el temor de mi infancia se hizo presente. 

       Agradecí como pude a la pareja que me salvó y me fui. Ahora creo que aquello que escuché, más que un canto, fueron voces asesinas.  

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