
Aquí, donde el fuego devora la carne y los cuerpos se consumen para convertirse en lágrimas contenidas. Donde los mosquitos succionan la sangre y escupen veneno con sabor a cebada.
—Me preguntó si alguna vez he estado en el mar del norte.
—Desde luego dijiste que no.
—Dije que no.
—¿Y ahora?
—No volverá. No le veré más.
—¿Así sin más?
—Así sin más.
—¿Entonces?
—Al sur.
Marea engulle Angustifolia, Bravaisia y Berlandieriana. Retuerce el aire y se convierte en espuma, bálsamo para el dolor. Embiste con tormenta, destruye, despoja, remueve, construye, repone.