Pensamientos de una voz reprimida

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Es seguro decir que los buenos tiempos se han ido. Cuando estás lejos de tu lugar, lejos de tu gente y de tus sueños, sientes que todo lo que hay a tu alrededor se empieza a caer; incluso si no es así. Todo se acaba, y quienes alguna vez estuvieron junto a nosotros se van. 

No voy a mentir, cuando lo vi postrado en aquella cama, débil y respirando con dificultad, supe que las cosas sólo empeorarían a partir de ese punto. Tuve que ver a mi abuelo exhalar su último aliento cuando apenas tenía catorce años. Era la primera vez que veía a alguien cercano a mí irse de esa forma. Mi sentir fue igual que la primera vez que me quedé sin aliento. La peor parte de todo esto es que no tuve la oportunidad de decirle nada y esa sería la última vez que lo vería demostrar alguna expresión. Su mirada perdida todavía me atormenta por las noches. El remordimiento de no haberme despedido apropiadamente aún me persigue y su mirada perdida me vigila desde las sombras.

Esta historia, como la vida misma, no se detiene. Así que hay que seguir trabajando.

Han pasado ya casi cuatro años, y mi vida no es lo único que ha cambiado. Después de estar más de una década estancado en el mismo lugar, estoy cada vez más cerca de librarme de mi segunda casa: la escuela.

Chicos, recuerden que su actividad de la próxima semana se encuentra en la plataforma.

La voz del profesor se escuchaba en todos los rincones del salón, pero nadie quería escucharla.

Dicen que la preparatoria es la mejor etapa de tu vida, pero eso es porque no recuerdan absolutamente nada de su infancia. Estar encerrado por dos horas seguidas, descansar veinte minutos, volver a encerrarse tres horas, media hora de descanso” y unas ocasionales dos o tres horas más de mirar el reloj y sentir que el tiempo no pasa. Las cargas académicas no alimentan nuestro interés porque son temas sin sentido, abordados de forma frustrante y con un nulo deseo de despertar nuestra curiosidad.

En una de esas clases que carecen de importancia, alguna en el futuro cercano, yo me encontraré terminando una tarea que no corresponde a la materia en cuestión. ¿Quién desperdiciará su precioso tiempo de sueño haciendo tonterías sobre gente vieja que no le importa a nadie?

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