Te busco, te busco desmesuradamente.
Quiero despertar, pienso que es un sueño.
¿Dónde estás? ¿A dónde fuiste?
Te busqué por la vida y no te hallé.
Vida, no la escondas.
Por casualidad, ¿tú la tienes, muerte?
Tengo miedo de ir y no verte,
de despertar en ella y no tenerte.
¡Quiero salir! ¡Encontrarte!
Buscarte hasta perder la conciencia,
hasta que mi alma se desprenda y vaya en tu búsqueda.
Llevaré todas tus memorias para enloquecer
si la desdicha de no encontrarte me alcanza.
¡Dime! ¿Cómo hago para encontrarte?
Vago en lo más profundo de mis recuerdos.
Te hallo… pero no puedo estar contigo.
¡Grito para que me observes!
Lloro sin parar.
Soy pusilánime para retenerte
y lo único que tengo para ofrecerte
son mis miserables lágrimas.
Necesito que escuches mis pensamientos,
que observes mis gritos.
Encuéntrame en este camino que no elegí,
al que fui arrastrada.
Sé que, al consumar mi final,
te contemplo.
Y no sé si será en la vida…
o en la muerte.
