Blog Librópolis
Me ha hecho falta ser sincero,
escuchar la lluvia y contarte las gotas,
abrazar la luna de nuevo.
Voy a dibujar un cielo sin ego y a su oscura línea
le daré un rostro,
quiero ser nombre y calma.
allá arriba las maravillosas nubes coronan un cielo
rojo e iracundo de amistades y júbilos y canciones y
marionetas niños serios y mujeres guapas lagos y ríos y
vastas soledades y más niños y marionetas y hombres
cansados bebiendo cerveza refrescos oscuros jugando
cartas con los sordos y ajenos funcionarios del hoy y
mañana arriba las maravillosas nubes me aterran con
su fuerza esa claridad de espejo que en su centro grita
y ofende a otras pieles como una infección que no cesa
por eso digo salud
cuando salían nuestros primeros dientes
mi abuela esterilizaba la herida con brandy
luego yo fui la vida
luego toda la noche la lluvia
cielo rojo aves rojas labios rojos crecen y nadan en el océano de fuego
en una ciudad sitiada por las vastedades del cosmos
rojo espacio rojo sol saldo rojo
Ocultarse en el centro,
en el centro más vivo de la llama.
No regresar el tiempo,
detenerlo consigo.
Y mi madre sonríe, mira sonriendo hacia el jardín
cómo se oculta el sol.
No por ser la postrera, menos luz
última luz de la tarde.
Empoza entre las nubes
la experiencia
de calentar el mármol
y traspasar el ámbar.
Di algo antes de huir
instante o siglo.
Tan sólo una palabra de consuelo.
No enmudezcas cercada por el frío
en los umbrales del invierno.
Es cosa dura ser.
Es doblarse, doblarse, doblarse,
y sin embargo crecer.
¡Paso al sol, a los vientos,
a la epidérmica magulladura
y a la sed!
Y quede sólo una ternura grande
como para entender.
¿Cómo lograr que la quieta palabra escrita
posea la quietud del gato que duerme,
cómo hacer que la torpe palabra
nombre la oscuridad con mirada de gato,
su fijeza,
de qué manera conseguir palabras
con la tersura de la piel del gato,
a veces, pocas, palabras uña de gato,
y otras, muchas más, con el movimiento del gato,
su sigilo,
su distancia,
cómo decir palabras que posean
el silencio del gato,
cómo hacer que la palabra me contenga
y yo desaparezca,
hecho silencio,
como se desvanece entre la noche
un gato?
Estados de la materia.
Los estados de la materia son cuatro:
líquido, sólido, gaseoso y gato.
El gato es un estado especial de la materia,
si bien caben las dudas:
¿es materia esta voluptuosa contorsión?
¿no viene del cielo esta manera de dormir?
Y este silencio, ¿acaso no procede de un lugar sin tiempo?
Cuando el espíritu juega a ser materia
entonces se convierte en gato.
Mis amigos se me dan en amigos;
a través de molina, llegué al guille y al fer.
Por el fer conocí a adina,
que meses más tarde trajo al mundo a vlad,
a quien ojalá algún día también cuente entre los míos.
El guille me heredó a nora, a fina y a ruth,
y por él conocí al ojalá algún día recobrado michał;
maha era alumno de la querida gris,
y la doctora —de quien fui discípula antes que amiga,
y cuya hermana es amiga desde hace 20 años de ander—,
me trajo a olivas y a la cris. molina también trajo a cris,
y con cris venían ander y más tarde,
quizá algún día, vengan ana y vanni.
olivas, en su relajamiento, atrajo a la luna;
y el amigo valencia, como le dice mi amiga denisse,
un impredecible verano en que fui a visitar a la camila,
me introdujo con emiliano.
Qué alegría por aquellos amigos que explican su amistad con amigos.
Benditos redundantes.
Amores imposibles
ineficaces como la compasión,
como la compasión necesarios.
Amores imposibles que te acompañan con más intensidad
que los amores posibles.
Amores imposibles que te dan la dimensión de tu soledad,
que llenaron de presencias tu soledad,
que le dieron sentido a tu soledad.
Amores imposibles que hicieron imposible
la sola soledad.
Amores imposibles que son la soledad acompañada.