Amadas piedras

Somos el aire más duro que toca, el primer

sueño, las palabras que jamás se dijeron,

murmuran encaramándose las piedras de Chile

porque si tú

sientes el latido de los riscos

entenderás que mi amor es igual que tu amor

y que mi pena es también la tuya

Que los roqueríos palpitan, se encrespan y

hablan

y entonces, en la oscuridad, cuando ya hayas

cerrado este libro

al menos sentirás mi mano buscando la tuya

aquí, en la durísima noche de las piedras

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