Hablabas de cosas que no veían los demás
y éstos reíanse.
Boga con todo en el umbroso río
contra la corriente;
cursa los caminos incógnitos
a ciegas, obstinado
y busca palabras enraizadas
como el olivo de múltiples nudos—
y déjalos que rían.
Aspira a que también el otro mundo
en la hodierna sofocante soledad habite
en este presente dilapidado—
déjalos.
El rocío del alba y el viento del mar
existen sin que nadie lo demande.