Cuerpo

cuerpo

¿Mi cuerpo? Una anémona, una orilla de pensamiento, un sujeto deseante pero nunca deseado. Un torrente de dudas y una herida por la cual emergió otro cuerpo. 

¿Mi cuerpo? Un claustro de paredes lascivas y palpitantes. 

¿Mi cuerpo? Una imagen para otros. Labios perfumados para los amantes, circunvalaciones lácteas para la hija, manos para los extraños, pecado para los creyentes. 

¿Mi cuerpo? ¿Cuándo es mi cuerpo? 

Es de mi madre cuando dicta mi vestir. Es de mis amantes cuando me quieren nívea, tersa, sumisa, natural; luego arrojada, pasional, lúbrica, entregada. Es de mi hija cuando de mañana busca alimento, a media tarde consolación y por la noche descanso. 

Mi cuerpo: dos ojos tristes, dos pies confidentes, dos jardines que podo a menudo porque me enseñaron a avergonzarme de ellos y dos brazos largos. 

Mi cuerpo: un recipiente de vida, un organismo en constante muerte, una paradoja y una vaga idea de mí.

Mi cuerpo: lo que otros quieren de él, un refugio, un valle para su noche, un riachuelo para los sedientos, un ramaje de la estirpe.

Mi cuerpo, tan sólo mío cuando lo pienso. Tan sólo mío cuando cede al tacto de la lluvia. Mío cuando se doblega ante el espacio y forma líneas, puntos, nuevos espacios. Cuando es otro por sí solo. Escribo y mi cuerpo existe. Cada pulsación de las letras devela su existencia. Cada encuentro con el silencio lo vuelve sonoro. Cada punto, cada coma, cada imagen lo hace cuerpo. Y de pronto está ahí, mirándome.

Semblanza

(Guanajuato, 1998) estudiante de Letras Españolas en la Universidad de Guanajuato. Sus principales intereses giran en torno a la literatura y el arte en general. Ha publicado en El Gallo Galante, Soflama, gabinete de ensayos y Small Blue Library.

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