Toda la noche te miro,
tus ojos dos planetas alejados.
Nos miramos, nos juntamos
y el contacto eterno es inseparable,
un bigbang amoroso crea la ilusión
de que nos queremos,
pero los planetas se cubren
con una cortina enorme
y la imantación del encuentro
fue más falsa que la habitabilidad del terreno,
porque los astros se alejan obsesivos,
errantes como propios vagabundos y se quedan solos,
flotando en busca del choque verdadero.
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Que bonito tejido de palabras, lo he disfrutado mucho.