Crónicas del centro de un universo

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¿Día 3500 del despegue?

Como siempre, me dedico a observar por la simple ventana que da al exterior.

Un universo se abre ante mis pies. Un lugar donde miles de cosas pasan, una nueva tierra se forma en alguna parte de su interior, una estrella estalla y un astronauta vaga sin rumbo hacia un destino.

No me dice nada la ventana, hace tiempo que a nadie oigo decirme algo.

Mis oídos de escuchar tanto silencio se han quedado sordos; sin embargo, mi voz resuena en mi pecho y sale por la garganta.

─ Hace tiempo que no te escuchaba ─vomito sarcásticamente de mi boca.

─ Si bien que me extrañabas ─mi voz lanza un chiste.

─ No lo creo, porque estoy encerrado aquí contigo o, más bien, ¿conmigo?

─ Admite que extrañabas mi dulce sonido ─presume, qué gran engreído.

─ Realmente a ti es a quien no quería escuchar ─enojado dejo de mirar la ventana.

─ Por favor, sabes que quieres tener algo que escuchar ─insiste.

─ Sí, pero no a ti ─recorro la otra parte de la nave tratando de ignorar mi voz.

─ ¿Por qué? Porque soy ruidoso e impaciente. Y a parte soy tú ─me enfrenta para llevarme al baño.

─ Eres todo menos yo.

─ Admite que estás tan solo que a esto has llegado. Has pasado los últimos 970 años sin escuchar nada más que a mí. Tienes que aceptar que te has vuelto loco y que la única manera de desviar tu locura es culpándome a mí ─no hay manera de detenerlo, me ha traído a la fuerza, parándome frente al espejo.

─ Yo… no estoy loco ─susurro a mi reflejo aún no envejecido.

─ Claro que lo estás. Es lo que esta nave, este espacio y este silencio largo te han hecho. Pero ¿quién realmente es el culpable de lo que te está pasando? ─me pregunta.

─ No dejaré que me molestes más ─he callado mi voz, olvidaba lo molesto que era cuando eso pasaba.

Es esto lo que mi travesía por hallar el centro del universo me ha hecho. Pasé de ser uno de los mejores cadetes del programa a un loco que habla con voces que su mente escupe.

Me ha trastornado la realidad de 3500 años, de silencios eternos e interminables locuras.

¿Cuánto tiempo más de delirio deberé de pasar para ponerle fin a esta misión?

─ Tal vez por siempre.

Un amplio universo se postra ante mí, uno en el que, si estás buscando su oscuridad y su centro, terminarás viéndote a ti mismo.

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