Incógnito

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Sentados a la mesa, con cartas entre las manos, nos enfrentamos en un juego, duelo a duelo, apostando quién sabe qué.

Me miras entre pestañeos y la luz sobre nosotros ilumina la partida.

Gestos furtivos, misteriosos y hechizantes, se asoman por tus ojos, protegidos por esas gafas de armazón albino que ostentan tu inteligencia.

Y es que no adivino tu pensar.

De repente, miras al vacío como si el mundo fuera a desaparecer. Pero, al final, miras las estrellas, deseando tener la fuerza para desvanecer.

Así que, mantengo mi atención en ti, intentando descifrar lo que se oculta bajo ese semblante de seriedad. Una jugada atrevida que nos dé razones para salir de la coraza, podría ser la elección.

Por ahora, sigo deseando invitarte a salir, desmantelar tu alma y abrazarla con la mía. Beber un par de tazas de café, y cuestionar nuestra existencia hasta el amanecer como dos ebrios buscando paz en una guerra. Entonces podré confesar cuánto tiempo esperé a que sucediese. Aunque no lo creas. 

Mientras tanto, mi jugada no me permite lanzar mis cartas. Así que me conformaré con escribirte poemas, dedicarte estrellas y pensar en los viejos tiempos; cuando solo éramos dos almas ajenas a la intelectualidad del presente.

Entonces, pongamos las cartas sobre la mesa. No ocultes tus jugadas y olvida esa carta bajo la manga.

Hablemos de aquello que nos mantiene distantes, aquello que nos aleja de la realidad y lo que no nos deja respirar. Dejemos que la luz de la luna se derrita sobre nuestra piel y dime cómo no amar a un ser que es todo lo que siempre soñé.

Desearía tomar tu mano, sentir tu calidez y olvidar la frigidez que viene de todo lo demás.

Podría dejar que leyeran mi carta astral con tal de escuchar que mi futuro te incluye a ti. Llenar mi vida de ti hasta la eternidad y callar un futuro disuelto en jugadas astutas a través de una máscara falsa.

Y reparo en que has pasado tanto tiempo desvelándome, que ahora me pregunto si vale la pena dormir. Ambicionar con soñarte me mantiene en el dilema.

Así que, pongamos las cartas sobre la mesa, juguemos bajo el vicio eterno y apostemos nuestras almas a cambio del corazón.

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Comentarios (6)

Leyda Yael
Jose Luis Martínez Marcelino

Sorprende, sublime, satisfactorio para mis sentidos no físicos, hacen regocijar mi mente y corazón, en hora buena novel poeta con tintes de experta.

Muchas felicidades excelente lectura, sigue adelante Leyda

Excelente!
Me siento entre ustedes, participando de esa eterna jugada!
Felicidades

Muchas Felicidades Leyda!!! 👏👏👏 Caminantes Siempre Adelante ⚜️

Me encantó. Sigue escribiendo Leyda
Felicidades tienes estilo.

Leyda Yael
Angeles Hernández tabares

Me encanta tu trabajo, sigue internándote en este mundo de cultura y llegarás lejos preciosa

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