La soledad del bosque

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Una vez vi un bosque y decidí adentrarme; explorando el corazón de ese lugar, entre tantas ramas decidí hacer un hogar.

Cediendo a mis pensamientos liberé mis sentimientos; sin embargo, no debí ceder, mi entendimiento entró en un estado de desmoronamiento. El porqué de todo esto eras tú, pues comenzaste a ser la causa de mis enredos. 

Al paso de los días todo empeoraría, liberar mis sentimientos fue la peor tragedia, describí tardíamente que no hay esperanza ni alegría. Solo espero que la tristeza se agote como se agota la ilusión de verte algún día. 

Mi único remedio, sólo veo al cielo, le hablo al universo, por última vez quisiera ver tus ojos, perderme en tu mirada y decirte cuánto te amo. Esto se ha vuelto el mejor consuelo. 

Duele esta maldita indiferencia, eres la llaga que nunca cierra, una espina enterrada en mi alma que más se entierra y más me mata.

No pierdo la esperanza, sé que en algún momento la vida volverá a cruzar nuestras miradas 

En esa oportunidad no solo pediré perdón, te expresaré todo el amor que merecías y que mi necio corazón no te dio.

Mi vida paró su tiempo, sigo en este infierno de incertidumbre, el pensar que lo nuestro pudo mejorar, o ser consciente de que debía soltarte, tal vez el quemar nuestra historia en el fuego era lo mejor para ese momento. Las cenizas desvanecidas por el aire volarán sin remordimiento hacia lugares inciertos.

A quien amaba se marchó, morí en vida, no hay sentido ni cautela, sólo un hombre frágil y con tristeza.

Una vez vi un bosque, decidí adentrarme; explorando el corazón de ese lugar, entre tantas ramas decidí hacer un hogar… con la ilusión de que volverás. 

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