¿Un monstruo entre bestias?

deforestation-405749_1920-thegem-blog-default

Ya no quedaba comida cuando comenzó a escasear el agua… La tormenta comienza a cesar. Es la tercera y parece ser la última. En otro tiempo me alegraría tal noticia, pero ahora no estoy seguro; cuando ceda ellos volverán y preveo que se terminará también el suministro de agua. Tendré que salir. 

Sinceramente no he podido conciliar el sueño, temía que llegara este día. A pesar de que lo contemplé, no encuentro el valor para irme. Quizá es porque me he sentido protegido aquí o tal vez porque aún recuerdo cuando mis risas y cantos no cesaban. Cualquiera que sea, estoy consciente de que debo desistir a la idea de seguir oculto. 

Mi mente se llenó de pensamientos… ¡SÓLO HAZLO!, me dije. Recordé que los valientes tienen miedo, pero lo afrontan. Tras cavilar por muchas horas, me alejé corriendo. En un momento de arrepentimiento di la vuelta, pero ya era tarde. Aún con la luna y la lluvia decreciente de compañía, vi desvanecerse el único hogar que había conocido. 

Vi un bosque en dirección a la que partí: lo encontré cuando niño en ese fatídico día en que las bestias me vieron e intentaron cazarme; corrí hacia mi padre, quién terminó padeciendo el destino que era para mí. Desde entonces me oculté en aquella cueva: sin madre y después sin padre, pude sobrevivir ahí hasta hoy.

Es muy posible que ellos seguirían sin hallarme si los animales que cazan no hubieran emigrado cerca de mi caverna. Y más, si no me hubiera visto tentado a buscar alimento cerca de ellos. En fin, no se puede cambiar el pasado.

Ya casi amanece, es difícil confirmarlo por la gruesa capa de niebla que me rodea, mas dudo estar lejos del bosque. Aquí estaré a salvo.

Muy en el fondo, siento que ellos poseen bondad. Noto que su comunicación no es muy extensa, como si estuvieran aprendiendo a hablar, pero lo compensa su sorprendente curiosidad y habilidad para utilizar lo que encuentran. Sin embargo, no todo lo que desconocen es de su agrado, lo juzgan y lo sentencian. Como a mí, aquel día que furibundos gritaron: ¡MONSTRUO! ¿Monstruo? ¿Seré realmente yo un monstruo? A mí también me aterra lo incógnito, pero es posible que ahí pertenezca, por eso les temo más a ellos.  

¡Vaya, comienza el ascenso de la neblina! ¡Puedo ver el bosque! Un momento… ¿Eso es? ¿Qué le han hecho? 

21

Dejar un comentario

X