Yo no aplasto la corola de milagros del mundo

Yo no aplasto la corola de milagros del mundo ni extermino

con la inteligencia los enigmas que encuentro en mi senda,

en las flores, en los ojos, sobre labios o tumbas.

La luz de los otros

ahoga el hechizo de lo desconocido que se esconde

en las profundidades de la oscuridad,

pero yo,

yo con mi luz aumento el misterio del mundo.

Así como la luna con sus blancos rayos

no disminuye, sino, temblorosa,

aumenta más el secreto de la noche,

así enriquezco yo también el oscuro horizonte

con altas flores de sagrado misterio

y todo lo que es incomprensible

cambia en misterio más grande todavía

bajo mis ojos,

porque yo amo

flores y ojos y labios y tumbas.

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