Tu humanidad en una carta

Hermes: —Mi señor. He aquí el listado solicitado por usted sobre la humanidad, todo esto lo he traído a partir de recoger todas las cartas de cada lugar del Hades donde moran estos pensadores.

Zeus: —Tráelas aquí, comenzaré a leerlas.

Sócrates: —Quería escribir sobre qué ha hecho nuestra especie. La humanidad lleva existiendo mucho y conforme a las disensiones que hay se debe preguntar si logramos algo en este tiempo.   

Darwin: —Y bien, nos traes aquí cartas, Sócrates. Hablemos de la evolución que existe en la especie humana, desde nuestro comienzo y con nuestro final inminente. 

Platón: —No entendemos el mundo y la demostración de las ideas, tenemos como finalización de la obra humana un alejamiento de lo sensible.  

Aristóteles: —Pero desarrollamos física, además de entender la naturaleza y clasificarla, dominamos el pensamiento y lo desarrollamos, ninguna cosa nos ha de faltar.

Alejandro Magno: —Y eso, maestro, que no has mencionado la política y las guerras, tan dignas de alguien como yo, demostrando el poder de la humanidad.

Diógenes: —¿Tengo que escribir con este tontivano de Alejandro? Solo desgracia y perdición trajiste al pueblo. 

Jesús: —De todas formas, necesitamos unir al pueblo y restaurarlo de los pecados.

Maquiavelo: —Digo que no tenemos razón para justificar las atrocidades cometidas por la humanidad y aquí tenemos a nuestro amigo Napoleón y a Julio César, nuestro hombre sigue siendo egoísta y guiado por sus instintos. 

Copérnico: —El ser humano logra un sentido copernicano al entender que no son lo principal.

Rousseau:  —No dudo que entendamos eso, pero aun así la sociedad se sigue corrompiendo una y otra vez hasta destruir al individuo.

Hitler:  —A todo eso el levantamiento de la raza superior debe comenzar a la brevedad posible. 

Lenin: —No un levantamiento como ese nazi, sino un cambio igualitario en nosotros.

Marx: —Los trabajos nos siguen demostrando la dependencia que tenemos de un sistema en el que no se conoce el trabajo como algo más que simple producción. 

Freud: —Deseos suprimidos por el superyó y que simplemente no nos dejan disfrutar.  

Einstein: —La última pregunta no ha surgido y ya nosotros la estamos planteando, tal parece que la experiencia sola nos dará la razón.

Nietzsche: —Realmente no importa esta cuestión, todo terminará con su inevitable extinción bajo nuestros deseos más profundos. Solo nos queda la vía de construir a nuestro superhombre y así cumplir aquello que se propone.