Después de siete días o de treinta
o de cuarenta
–ya no sé–
quiero algo suave.
Puede ser la brisa,
ya que no un abrazo.
Algo despojado de ferocidad,
de cifras de muertos o infectados.
Lejos de los sets de la Tv
con sus profetas de catástrofes.
Algo bueno, algo leve,
sin prohibiciones.
A menos que puedan
prohibir el desamparo.
Algo humano,
algo risa, algo niño
en las calles y en las plazas.
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¡Qué placer encontrar este sitio y leer este poema! Ya descargue el libro muchas gracias 😊