Herencia

Herencia-thegem-blog-default

Las sombras bailaban alrededor de mí. La luna llena de octubre iluminaba el amplio claro dentro del bosque en donde me encontraba. Al centro de todo, los rastros de una fogata.

Sabía a quiénes pertenecían esas sombras. Ellas me acompañaban a todas partes, me cuidaban. Me susurraban al oído, a veces consejos, a veces recuerdos, algunas otras hechizos.

Les debía todo mi conocimiento, en realidad les debía todo, había nacido de sus cenizas, de su sufrimiento, era la poseedora de una herencia ancestral y maravillosa, era privilegiada. Esto se reflejaba en las marcas de mi cuerpo, heridas que reflejaban todo lo que mis sucesoras habían vivido, cada parte de mí tenía un recordatorio de un pasado diferente.

Me levanté del suelo con el mortero en mis manos. Había seguido al pie de la letra sus instrucciones, había recolectado las mejores plantas de cada especie indicada. Las conocía de memoria, para qué servían y cómo mezclarlas para obtener los resultados esperados.

Unté la mezcla en mis manos y en mis labios. Hice una línea que empezó en mi cuello y bajó hasta mi pecho. Caminé despacio al centro del lugar, al centro de la fogata. Las voces en mis oídos se hicieron más fuertes, de las marcas de quemaduras en mis brazos y piernas surgía un dolor punzante.

Los restos de aquel fuego comenzaron a arder de nuevo, lo sentía en la planta de mis pies. Entonces, comencé a decir en voz alta las palabras que cada vez retumbaban más fuerte en mis oídos.

Las repetí una y otra vez, hasta que las sombras desaparecieron y se transformaron en los cuerpos de esas mujeres, tan llenas de sabiduría que por años habían sido temidas, acusadas y destruidas. Aquí estaban de nuevo, juntas, formando un círculo alrededor de mí, cientos de años de historia, de conocimiento. La emoción no cabía en mi pecho, yo había sido capaz de convocarlas, yo había sido capaz de traerlas aquí. Una mano se posó en mi hombro y al voltear pude ver su rostro, sus ojos llenos de estrellas, su sonrisa tranquila. El aquelarre se había reunido otra vez.

16

Dejar un comentario

X