Monstruo

Reflection of broken mirror

Tuve un lunes de clases agobiante, eran las ocho de la noche cuando salí del instituto. Quise relajarme un poco, así que caminé hacia el parque para ver lo que la comunidad tenía preparado para el día de muertos. 

Habían puestos de comida, recitación de calaveritas literarias, hermosas ofrendas y personas disfrazadas de catrinas y catrines. También pude ver una carpa que servía como casona del terror. No es tan tradicional o mexicano, pero no me causaba ningún problema porque me gustaba.

En el quiosco estaban haciendo un concurso de disfraces. Todos los participantes lucían tan aterradores que serían capaces de hacer correr despavorido a más de uno. Pero ninguno era tan horrible como el monstruo que conozco.

Este monstruo era espantoso. Me podía hacer llorar con tan solo verme, cada vez que lo escuchaba sentía un nudo en mi estómago y en la garganta. Solo quería salir corriendo cuando lo sentía cerca, junto a mí.

Ya eran casi las diez y media de la noche cuando estaba a doce cuadras de llegar a mi casa. De repente lo escuché:

—Fátima.

«No, otra vez no». Sentí un escalofrío correr por todo mi cuerpo, pero decidí ignorarlo y seguí caminando. 

—Sé que me estás escuchando y tú sabes muy bien lo que pasa cuando me ignoras, ¿verdad?

Con lágrimas en mis ojos, comencé a correr. No quería escucharlo más. Quería que desapareciera, que me dejara sola. Quería sentirme en paz. 

—No importa qué tanto corras, ¡jamás escaparás de mí!

Corrí lo más rápido que pude hasta llegar a mi casa. Crucé y cerré rápidamente la puerta cayendo en lágrimas por la culpa de ese horroroso monstruo. Después de unos minutos sentí un gran alivio de no escucharlo más.

Mientras estaba en la puerta comencé a pensar: ¿Por qué me persigue?, ¿por qué yo tuve que ser su presa?, ¿puedo librarme de él?, ¿qué debo hacer para que se vaya y pueda ser feliz?  

Me empezó a doler la cabeza, así que decidí subir las escaleras hacia el baño. Cuando me miré en el espejo para desmaquillarme, ahí estaba de nuevo el horrendo monstruo, viéndose en el espejo desmaquillándose antes de tomar un baño. 

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