Mr. Monster

castle-1483681_1920-thegem-blog-default

He llegado a tu castillo atravesando el vasto bosque, derribando muros y esquivando cada trampa. A diferencia de otros días, te pido que escuches, por favor: hoy bajo la guardia, el escudo y la espada. Me retiro el casco y decido arrodillarme ante ti para que comprendas mis intenciones. Te pido no interpretarlo como rendición, no quiero huir o atacarte como acostumbro, porque deseo escucharte y mirarte como no lo hice antes. Pequeño gran incomprendido, gracias a ti hemos logrado conquistas inimaginables y me gustaría resumir, si me lo permites, lo más destacable.

Basta de romper tus cadenas en el momento más agobiante e impetuoso. Sabemos que tu fuego puede ser tan calmado y voraz como un incendio desmesurado cuando las heridas se hacen visibles. Sin embargo, debes recordar que ese calor se transforma en pasión y gracias a dicho acto hemos vivido momentos increíbles, pues los sueños que parecían lejanos por fin están realizados.

Eres tan fantástico que, como el aire, te moldeas de acuerdo al espacio y circunstancia, no hay manera de negarlo. Puedes ser tan pasivo como un río; también creas tormentas cuando percibes indicios de peligro. He venido a pedirte que no temas, que dejes fluir tus caudales y te enfoques en tus cuencas trazadas por el tiempo. Tu experiencia te ha dado la sabiduría suficiente para avanzar. Si te equivocas, recuerda que puedes encauzar nuevas trayectorias entre los valles. Debemos asegurarnos de andar juntos: con compasión y trabajo diario transformaremos las turbias aguas en plácidos arroyos.

Eres tierra: aunque parezca infértil y desolada hoy, con un abono natural cosecharemos las flores que no han crecido. Ese jardín que descuidamos volverá a poblarse de múltiples colores y especies. Sabemos que tu lugar no es el aislamiento, basta de flagelarte y apretar el grillete. Nos tenemos el uno al otro. Suelta tu gran coraza púrpura y abre tus alas, vuelve a volar y libérate.

Has sido incomprendido, creciste oculto: este es el momento ideal de brillar. Es hora de dedicarte tiempo, de vivirnos y amarnos mutuamente. Empecemos leyendo cuentos, mirando los atardeceres, contemplando el retorno de las aves y escuchando las canciones que te hacen vibrar. Quiero estar contigo y, de ahora en adelante, te aseguro que nos acompañaremos.

Hoy quiero hacer las paces contigo, así que te regalo mi cálido abrazo. No habrá más rechazo para ti, porque eres parte de mí.

4

Dejar un comentario

X