
¡Amor mío! Este es el último texto que te escribo,
pues he decidido emprender el camino del olvido.
Ha llegado el momento de soltarte y de entender,
que desde hace dos años te marchaste.
¡Tu adiós!, tu adiós para mí no ha sido fácil,
pues, tu partida trajo muchos días nublados,
oscuros y desesperantes.
Durante dos años, amor mío, tu recuerdo
ha tocado la ventana de mis pensamientos,
y aunque muchas veces no he querido abrirle,
al final, siempre termino cediendo.
Pero no, no ha sido bueno,
porque al abrirle la ventana,
abre heridas que ya creía sanadas, y
hace más difícil tu partida,
al recordarme tu hermosa sonrisa,
tu dulce mirada y tus tiernas caricias.
Porque me hace extrañar las palabras
que de tus labios salían,
y todos esos días de alegría.
¡Amor mío! Emprender este camino,
no será sencillo, pero, por fin, estoy dispuesta,
a soltar lo que nunca ha sido mío.
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