Cambio… como una hoja desprendiéndose de un árbol, como el sol diciendo adiós.
Pienso en ti y sonrío, eres lo más travieso que he conocido, siempre hemos sido dos.
Cambio… puedo ver cómo a unos los llevas y a otros los traes.
Quizá con tu hermano, el tiempo, tu misión sea enderezar todo lo que está al revés.
Cambio… tan de la mano, me has enseñado tanto de lo que por ti soy.
Eres el dueño de mis anhelos, mi ventana de dimensiones, el que me hizo una ayer, pero otra hoy.
Cambio… primero dulce, después amargo, un día me hieres y al otro me haces gozar.
Por ti temo, creo, crezco, vivo y, lo que es mejor, deseo.
¡Cambio vanidoso! Ahora quieres que todo el mundo te sienta.
¿Qué tan sabia quieres que sea?
¿Cuántos procesos más traerás para mi transformación?
¿Qué tan fuerte debo ser?
¿Por qué cuando menos te espero te gusta aparecer?
Mi querido cambio: con franqueza debo decir que sin ti esta vida no podría ser.
Te necesito, ven a mí como prefieras: silencioso, lento, bullicioso, picarón.
Para ti está dispuesto mi corazón.
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