Cronopoemas

birthday-2607194_1920-thegem-blog-default

Concepción

 

Hablaste de darnos un tiempo.      

      Te referías a él como nuestro peor enemigo.

 

¿Tiempo?

     No puedo darte lo que no tengo.

 

¿Querías hablar sobre el clima o acerca de alguna estación del año?

       Podría ser aquello que en las prisas traemos encima

            o eso que sin ser ave se nos pasa volando.

 

¿Buscabas una cura para todos nuestros males?,

     ¿o necesitabas un consejo de quien mejor sabe darlos?   

  Tal vez querías a alguien que te diera siempre la razón…

           ¡No sé! ¿Deseabas el mejor regalo que se puede dar?

 

A lo mejor pedías un descanso en el juego de los sentimientos.

   Quizá te referías a cuándo en la conjugación de verbos… ¿a un compás musical?

           Dudo si requerías dinero y te remitiste a la vieja premisa de que el tiempo es oro.                             

               ¿Necesitabas el de Dios? Ese que es perfecto.                    

                      

No recuerdo si tu cara era buena, pero el tiempo era malo. 

    Callaste, cerré los ojos: lapso fatal.

          En un santiamén desapareciste, te perdiste. 

             No hay plazo que no se cumpla y a tu tiempo conmigo le llegó su hora.

 

¿Buscarte? ¡No! Te dije que no tengo tiempo.

           El reloj no se detiene. Solo preguntas perpetuas en mi mente

                     que me hacen gastar tiempo, perderlo, matarlo

                               y, a pesar de eso, no puedo escapar de él ni de ti.

 

 

 

24 vueltas al sol 

 

(Soy un otoño de 1997; soy un octubre del siglo pasado).

Monté los rayos del sol

cual rueda de la fortuna.

Veinticuatro giros después

miré a dios a los ojos;

cuando por fin dije gracias conocí su voz.

Un reloj dio dos vueltas en su mono-ciclo

y en cada una de sus horas colgué un año de mi vida.

Hace 24 octubres el universo llegó a mí;

24 otoños he mudado vestidos de años;

24 años después germinó mi ombligo;

Hace 24 octubres el sol me bautizó;

24 otoños que los árboles pintan de fuego mi patio;

24 años después las hojas que caen todavía son mi confeti.

36

Dejar un comentario

X