El Aleteo de la polilla cósmica

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El cosmos en el espíritu

La pasión de la razón

Como en tus ojos

Una lágrima que cae

Suena como la arena

Cuando te veo al despertar.

 

Como un llanto incesante que nace de mis pensamientos

Como el pobre cantar del ave herida

Como la muerte de aquel que solo existió un momento.

 

Así   

Ruego por tu esencia

Que tu cuerpo como el mío al respirar

Se llene de aire.

Búscame en el reflejo de tus manos,

Pues ahí, en esa caricia, te estaré esperando

Contemplando, flotando en tu mente.

 

¡Oh! Dolor infinito, como la plenitud del alma.

Trascendencia y fe

Cuanto más veo tu rostro más caigo en tus brazos.

En el más íntimo momento que pasó por nuestras vidas

Te entregué mis lágrimas,

Te entregué mi razón, 

Te entregué mis horas,

Mis desvelos, mis madrugadas y mis palabras.

 

En el más lúgubre de los momentos

Mi alma al despertar clama

Por el dulce rocío sobre el alhelí

Que en las horas más obscuras del amanecer 

Cae sobre mi ser.

 

Que la luz de plata a las tres de la mañana te guíe

Y te muestre mi pensamiento,

Pues ahí estará sin duda alguna

El lugar que en ti guardo en mí. 

 

Y entonces cuando menos lo esperemos

Como el eco del aleteo de una polilla,

La conexión eterna, etérea y entera, nos llevará de la mano

A un futuro que, como la crisálida, se abrirá

Y nos brindará un destino, cruel, pero real

Y que en un pequeño momento será

Único, inigualable, intenso 

y por siempre para nuestra memoria.

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