
Tiempo es lo que los seres humanos piden siempre a todo y a todos; tiempo es la vida que requiere el ser humano para hacer algo en la tierra; tiempo es aquella fracción de existencia que pasa mientras estamos con vida: después de ésta, en el estado de muerte, ya no tenemos noción del tiempo, ni del espacio que nos acoge. Aparentemente infinito y sin bordes como los océanos para los primeros navegantes, pensando que caerían en un vacío al traspasar de los límites que ponían ellos a todas las cosas, creían en lo místico y lo mágico, pensaban que el mar era más pequeño de lo que después se descubrió, sentían miedo a navegar en lo desconocido, hasta que un día varios navegantes se aventuraron y reconocieron la majestuosidad de los mares de la tierra y de su riqueza natural. Así nos sucede a los seres humanos modernos. Vivimos bajo la incertidumbre del futuro.
El aprovechamiento del tiempo es muchas veces una incógnita: así como nuestros antepasados veían al mar y a los océanos, así nosotros vemos el tiempo. Lo vemos como algo tan inmenso que preferimos no arriesgarnos a zarpar y navegar, pensamos como nuestros antepasados, ¡qué tal si en el borde no hay vuelta atrás y nos hundimos en un gran vacío! Y así nos la pasamos, con temor todos los días. Muchas personas, hoy adultas, se desesperan en la desidia por explorar más allá de los límites que nunca se atrevieron a pasar, se preguntan y se cuestionan sus hechos sobre la tierra. El tiempo es ese océano en el que debemos aprender a navegar con valentía, con determinación y sobre todo con la certeza de que en el trayecto nos vamos a topar con obstáculos. Así como aquellos navegantes primitivos se enfrentaron a las tormentas en altamar y a las altas mareas, así nosotros debemos ir con valentía incluso sabiendo que, como muchos desafortunados, podríamos hundirnos, sin poder sobrevivir a los azotes del mar. ¡Pero qué opción tenemos si no es la de seguir intentando! Podemos quedarnos en la orilla de la playa sentados viendo cómo nuestros semejantes se lanzan a la aventura, pues la vida eso es, una aventura, o podemos construir a través del estudio nuestra barca y zarpar para explorar ese gran océano que es el tiempo de nuestra vida.
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