
Añoro el mar
porque no lo he pisado,
su ligereza podría hundirme.
Podría añorar el futuro
asegurando que el pasado
también es distinto.
Mirar la ventana,
no desde dentro ni desde fuera
si no a un costado
para que el tiempo no me aprisione.
La noche es el lenguaje de los días,
el polvo será testigo
de la presencia.
Añoro mis sueños
porque no estás en ellos.
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