Soles sobre papel ominoso

dessert-g7fda4b9d8_1920-thegem-blog-default

Tienes nueve años. Estás de regreso en ese departamento gris que nunca te gustó. Llegas con tu madre después de comer y descargan en el comedor aquellas bolsas con trastes y comida que Carmelita les ha dado. Te chocan esas caminatas que te llevan de un lugar feliz a otro donde siempre hay regaños, donde nadie ríe. Pero odias más cuando en el trayecto hay que ir cuidando esa maldita olla de leche. 

Te lavas las manos y entras a tu cuarto. Quisieras tener una tele para distraerte y escuchar un ruido que te acompañe por las tardes. Aunque es tu recámara no te sientes segura. Le temes al clóset. Para tu edad, te parece muy grande y sientes temor cada que tienes que abrirlo. Además de arañas, puede haber alguno de esos seres extraños que has sentido observarte en las noches pero que nunca querrán revelar su rostro. 

Tratando de posponer esta ansiedad latente en ti, te sientas en el pupitre que hizo el abuelo y tratas de dibujar una vez más ese paisaje de montañas y soles sonrientes que aprendiste quién sabe dónde. De aquí a la cena, en este lugar, todo será aburrido como de costumbre.

11

Dejar un comentario

X