
I. RECUERDO
Me quedo con tu sonrisa,
pintada en palabras.
Me quedo con tus medias rasgadas.
Me quedo con tus besos
impregnados de alcohol.
El recorrido de tu espalda.
Me quedo con tu cabello
y con el viento estremecedor del portal.
Me quedo con ese sabor a sal.
Me quedo en el recorrido
donde un día, encontré mi reflejo
que me dijo:
hace ya algún tiempo
desde que no vivo.
II. MAÑANA DE JUEVES
¡Día nuevo que viene!
¿Qué guardará para mí
después de los quehaceres?
El sol que refleja en mi cara
y pinta las hojas de amarillo
cantando al alba
el pajarillo.
Barrer el polvo oxidado
que volará con el viento
para unirse con los días
robados por el tiempo.
Un florero, una flor,
una mesa, una canción,
un retrato abandonado
que le habla al corazón.
Una taza, una cuchara,
un café de soledad;
el perro está dormido
¿con qué diablos soñará?
III. IDENTIDAD
Somos persecución de olvido,
melancolía innata.
Somos lucha y perdición,
una intuición barata.
Inoportunos encuentros y despedidas.
Somos tiempo seco; esterilidad de primavera,
Somos amor a las calaveras.
Somos fabricados y forzados
por memoria y añoranza
viviendo siempre en la esperanza
de un futuro sin mañana.
Somos reflejo de mí.
Somos mentira, agonía y desilusión
Somos el paso tan lento del tiempo
y un día nos reclamará la prisa
de buscar la verdad mezquina.
Somos tierra de misterio,
somos un cielo quemado
toneladas de oro robado
y la condena desde el pasado.
IV. DE LO QUE FALTA SER
Un retrato con fusil,
el pelo raso y una boina de corona.
Una mujer de buen perfil
que al calor de un año triste
no escape al oír mi historia.
El éxito del pobre escritor
que nadie sabe que escribe
para abrir su corazón.
Dos entrevistas en televisión
un periódico, hacer funcionar la clave de sol.
Un año de ensueño o un año febril
un sueño perdido
y veinte más sin abrir.
La primavera que vive en la vejez
un traje gris que compré en rebaja,
una vela y un pedazo de alhaja;
rota desde tiempo
la desgana de ser feliz.
El trabajo de mi duermevela
dos pinceles y un óleo.
Mañanas con desayunos decentes
y tomar un té de canela
una de esas mañanas
cuando escuchar que ríes
quema más que cuando riñes
plantarse solo y con mi miedo de huir
frente a un toro
que no ha de dejarse morir.
Una palabra que exprese lo que siento,
ser publicado y público
ante lo desesperado de la vida.
Lo que le falta a mi ser
es el tiempo
y no cansarse de vivir.
Lo que le falta es otro mañana.
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