Una necesidad catártica

pexels-daniel-nouri-8253114-scaled-thegem-blog-default

Un día más sin saber qué me ancla a este lugar, donde después de todas las promesas y amor que OA me ofreció nada perduró. Solo que hoy es diferente, después de tres años de diseñar un mundo perfecto en mi mente y mentir a los que me rodean, he decidido tomar mis maletas y marcharme a donde nadie me conozca y a nadie le importe mi apariencia.

Observo la que ha sido mi habitación durante más de tres años. Esto no solo fue culpa de OA, sino mía, por permitir insultos, manipulaciones, permanecer aquí para hacer feliz a nuestras familias y hacerme creer que vivía la vida perfecta que mucho tiempo soñé.

Exactamente ahora no quiero nada que me recuerde que dejé todo lo que tuve por alguien que nunca cambió; todo permanecerá como lo que es: un fugaz recuerdo de ausencia. Es tan fácil descender al averno y tan difícil salir de él; lograrlo requiere de toda tu fortaleza.

Tomo un bolso de mano y coloco mis documentos indispensables; la pequeña maleta que me acompañó desde la universidad contiene algunos cambios de ropa, aquel libro que nunca fue bien recibido en esta casa y la fotografía que me recuerda constantemente que en este momento solo soy la sombra de la mujer que al llegar aquí hizo a un lado sueños y metas.

Observo mi boleto rumbo a un destino desconocido y sé que es momento de continuar y no permanecer donde puedo ser todo, menos feliz. Así que, sin más qué pensar, me despido de lo que un día fue mío, destruyo los diarios que me acompañaron durante estos años y salgo de la casa. Fuera de ella, en el jardín de la entrada, junto a las plantas que un día sembré, una parte de mi ser se replantea si realmente debo dejar todo por algo incierto y, antes de pensar más sobre ello, subo al transporte que me espera.

Sentir el olor tan característico de la panadería que posiblemente no volveré a ver y dejar atrás el parloteo de niñas y niños que juegan tranquilamente me hace darme cuenta de la cantidad de anhelos que dejo atrás.

Respiro tranquilamente, lágrimas resbalan sobre mi rostro; después de meses y meses me permito por fin llorar, sin saber la emoción que lo detona. Solo sé que esto es el inicio de algo tan necesario como respirar.

5

Dejar un comentario

X