2.34 minutos

pexels-pixabay-54326-scaled-thegem-blog-default

Debo entregar esto antes del 31 de enero… sin embargo, Tiempo, ¿qué es el Tiempo? Según el diccionario Oxford Languages, Tiempo es “la dimensión física que representa la sucesión de estados por los que pasa la materia”. Todo el mundo habla de que el tiempo no existe, pero, por lo que Oxford nos dice, el Tiempo somos nosotros. Nosotros como cuerpos en desgaste constante, en deterioro sin marcha atrás, que cada día, inevitablemente, mueren un poco más, pero… Tiempo, esa ¿cosa? No es una cosa, acaso un espectro, sí, eso es: Tiempo, el espectro que tanto nos aterra, que nos acecha al despertarnos y del que huimos. Aunque pienso que somos un tanto hipócritas con él: “no puedo esperar a que sea mañana”, “¿cuánto te falta amor mío? Llevamos prisa.” ¿Prisa de qué?, me pregunto. Seguro contestarán: prisa de llegar tarde, de llegar al poco tiempo de que se acabe. ¿Por qué debería acabar? ¿Qué harán en el futuro? ¿Por qué no empezar cuando la mayoría llegue y acabar cuando el último se vaya? “Porque hoy es mi cumpleaños, pero mañana ya no”; o, tal vez… “debes entregar el trabajo, Ramírez”, ¿por qué no puedo entregarlo cuando esté listo?, responde éste. “Porque no se sabe cuándo lo va a estar. La vida se acaba, Ramírez, nada es para siempre, mi juventud se desvanece, las canas se me notan, ya no corro como antes, ¡no tengo tiempo!” 

«¡Ajá! —monologa Ramírez—, ya no tiene tiempo porque todo debe ser antes de algo, antes de la tarde, del desayuno, de la cena, del mediodía ¿Qué hay después, jefe? Tiempo. Hay más Tiempo que vida y ese es el problema. El mundo se ha acelerado, los días son más cortos porque hay tanto que hacer y todo eso es para ayer. A mí me encantaría salir a la calle y poderme quedar a ver el atardecer, pero no puedo, jefe, no puedo, debo entregar su trabajo para antes de que usted envejezca». “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, dice la frase, Ramírez”. «¿Qué es hoy, jefe? —continúa el soliloquio—, sólo es la mañana después de la noche, es la luz tras la oscuridad. Es Tiempo y sólo eso, dejemos que avance, como lo hacemos nosotros, moriremos y la vida avanzará, el Tiempo lo hará y nosotros sólo estuvimos corriendo, corriendo de él. No diría con él, él es constante, es estable y es infinito, y aunque no haya ni una sola vida en algún futuro existente, él avanzará y pasarán más cosas, todo cuando tenga que suceder, sin aceleraciones ni esperas, sólo sucederá y cuando menos se dé cuenta ya pasó una eternidad.»

Tiempo. ¡Mierda, ya es tarde! Debo entregar este escrito antes del 31 de enero, para luego, ¿qué?… Para luego Tiempo, Tiempo, Tiempo.

2

Dejar un comentario

X