
Cuando creciendo me encontraba
la fugacidad de la vida de mi se burlaba
no hacía más que soñar
y los males de la vida ignorar.
Cuando una espontánea curiosidad
despertaba en mí el empezar a dudar
no hacía más que anhelar
volverme adulto y volar.
Esos eran los buenos tiempos
a los que anhelo regresar en mis desvelos
pero ya no encuentro un regreso
porque el tiempo de mí se ha hecho dueño.
No queda más que olvidar
aquellos tiempos que no volverán
ahora deseo recordar
la inocencia que perdida en mí está.
Buenos tiempos les llaman
a fragmentos de la vida cotidiana
porque los buenos tiempos siempre están
adonde sea que el corazón va.
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