Para Demian

kiss-g01c56ae43_1920-thegem-blog-default

Demian:

 

Aunque los nombres de esta carta sean falsos, tú sabrás quién soy. No he sabido nada de ti en mucho tiempo, y de alguna manera eso me da nostalgia; me recuerda cuando estábamos juntos, pero no estabas ahí. Yo era la esposa de un náufrago, buscando a su esposo en los  esbozos de una lejana fotografía. Hoy es igual, aunque ya no estamos juntos: algo me duele y me hace recordarte con cariño. Escribo esta carta porque nunca la enviaré, no quiero que la leas. Después de todo, no es para ti, sino para ti en el pasado: cuando yo tenía nubes en la mirada y sólo salía el sol cuando estabas frente a mí. Tu mueca era malvada, pero tu corazón era puro. Recuerdo cuando leí ese libro de Herman Hesse y pensaba, si alguien en mi vida representara lo que Demian fue para Sinclair, ese serías tú. Eres mi Demian, el mago, el nexo entre los dos mundos, y eres todo lo que yo no soy; llegaste del otro lado para mostrarme lo que había más allá de lo visible.

 

Te recuerdo de verdad interesado en que encontrara el mundo profundo para despertar en él. Recuerdo cómo me temblaban las manos intentando encontrar las tuyas. Nuestros corazones reparados. Te recuerdo desafiante, cómo eras tú contra todo. Después fuimos nosotros contra todo, y fue hermoso. Nadie sabía bailar, no hacía falta, siempre lo hicimos en nuestros propios términos. Teníamos los huesos rotos, pero no dudábamos en correr. Tengo recuerdos falsos en los que nosotros somos la pareja besándose frente al muro de Berlín que inspiró Heroes de David Bowie, porque decías que esa canción te recordaba a mí. Ahora no puedo escucharla sin llorar pensando en ese amor que me tenías.

 

Un día, cuando pasaron los años sin ti, me miraba los brazos. Los sentía extraños porque  no podía entenderlos ni a ellos, ni a su intranquilidad porque les faltaba algo. No entendía que les faltabas tú. Aún no sé cómo curar ese dolor, el único sitio en donde no me haces falta es en el interior que invadiste y remendaste. Sin embargo, no quiero que vuelvas, es extraño. Creo que terminamos: hay cadáveres irresucitables. La clase de presencia que necesito ahora es tu recuerdo, y así te evoco, en mi memoria. Así concilio lo mucho que te extraño ahora, y lo mucho que te extrañaré. Llegó la hora de hacerte caso, Demian. Voy a morir después de besarte, pero voy a buscarte dentro de mí cuando te necesite. Nos matarán las heridas, pero serán todas nuestras: nuestra propia sangre, nuestro afecto y nuestro dolor. Siempre te voy a querer. 

Hasta siempre,

Sinclair

10

Dejar un comentario

X