
Aceptar que el tiempo no se detendrá es una cuestión que me abruma y alivia por un sinfín de razones; y aunque la mayoría de ellas no incumben a esta carta, las que sí le corresponden se relacionan con el amor que te tengo. El tiempo logra aligerar la desesperación que nace a causa de no tenerte cerca, porque a la par de este avance, también lo irá haciendo la llegada del anhelado momento en que podré volver a sentirte. Pero, así como logra tranquilizarme, también logra abrumarme, pues me hace ser consciente de lo breve que pueden ser las sensaciones, las etapas, la vida en sí misma. Me deja muy en claro que poco a poco y de forma indeseada estará llegando ese inevitable instante que nos separará eterna o finitamente.
Así que, ahora que el tiempo me lo permite, quiero hacerte consciente de lo mucho que me importas. Que para mí tu ausencia no cambiará nada, amor.
Por más lejos que estés, aunque no te pueda ver, yo te seguiré amando. Aun sabiendo que tu ausencia me hará recordarte con nostalgia, no lo veré como algo malo, sino como la señal del amor que te tengo. Si el no tenerte logra provocar ese sentir en mí, sólo quiere decir tres cosas: que me importas, que me haces falta, que te amo.
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