Zurciendo al amar

pexels-karolina-grabowska-4197483-scaled-thegem-blog-default

Kilométrica puede parecer la pista de correr, pero para ti parece ser un lugar pequeño. A veces, te acercas a uno que otro igual que tú, aunque, por lo que observo, aprecias más las caricias momentáneas de otrxs como yo.

En un principio tu lenguaje me era tan desconocido, no sabía si querías comer, jugar, dormir, beber agua, estar a solas, estar en compañía, salir solo.

Notarás que a veces divago, y a veces actuó como si tuviera claridad de lo que hago. Es en estos momentos que siento tu compañía cuando me dejo abrazar por tu pelaje suave, tu calorcito. En estos oasis de amor y ternura puedo mirarte como eres, no te niego, a veces tengo delirios y en ellos esbozo esa posibilidad de saberte distinto, y también me pregunto si has transmutado en esta u otras vidas. Luego te miro y eso queda atrás porque me sorprende esta capacidad de amar tanto que se borra la idea de que una no puede conectar y amar a otro ser, como tú.

Amor habita en esos ojos tuyos, negros, redonditos, tan llenos de luz en algunos desvelos, llantos, risas, enojos, alegrías, momentos de no hacer nada, momentos creatividad. Momentos nada más, en los que nos has acompañado por más de 8 años. 

Imaginable es para mí saber que en algún tiempo y espacio tú vas a transmutar, ser distinto, ser cosmos, energía otra, pero ten por seguro que no serás fugaz en ninguna de nuestras memorias.

 

Posdata: Te amo, Kenai, amigo perruno.

24

Dejar un comentario

X