¡Hola! ¡Te amo!

pexels-oleksandr-pidvalnyi-7080078-scaled-thegem-blog-default

Recuerdo la primera vez que te escribí una carta, me esforcé tanto que la escribí dos veces; los trazos lentos pero seguros iban formando palabras que no sabía que serían para siempre.

 

La primera vez que te vi, me trajiste flores. Te abracé y quise besarte; no lo hice porque estábamos rodeados de ojos conocidos y no sabía qué esperar. Después de un rato robé la ingenuidad de tus labios, con los míos que ya conocían todo, bueno, al menos eso creía. Te extrañé sin nunca haberte visto.

 

Pasaron los días y te escribí poemas, te escribí canciones y pegué flores en mi libro favorito para que tú lo tuvieras; nos contamos nuestros secretos y también creamos los de nosotros, secretos que serían claves de comunicación. Cuando salíamos con los ojos conocidos, intercambiamos miradas y señas para que estos secretos no salieran a la luz, pero entre cada seña, recitaba un “¡Hola! ¡Te amo!”. 

 

Por fin solos, podemos saber nuestras verdades. Te susurro lo tanto que te quiero y lo tanto que no quiero que te vayas. Haces lo mismo. Podemos abrazarnos, besarnos y sentirnos, no hay ojos conocidos que nos observen. Aunque nos conocemos desde hace un buen rato, siento que apenas nos presentamos. “¡Hola! ¡Te amo!”.

 

Ay, mi amor. Ya nos conocemos, ya nos conocimos, y nos seguiremos conociendo. Después de que te vi, ahora sí que te extraño; siempre eras tú el que me visitaba, ahora yo vengo a visitarte, con flores; pero al menos di que lo hago. ¡Hola mi amor! ¡Te amo! y… te extraño.

13

Dejar un comentario

X