Mis cartas de amor

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              Pensemos. Existe más de un tipo de carta de amor, probablemente hemos inspirado y creado montones, y ni cuenta nos dimos. Si me preguntas qué son, puedo darte dos posibles respuestas: contestar “es complicado” o elaborar una larga explicación de lo que representan para mí. 

            Escribir una verdadera carta de amor conlleva quitarte la máscara que llevas todo el tiempo, aquella que te impide un contacto sincero con todo lo que está a tu alrededor. Y no me refiero únicamente a las personas.

            Yo he escrito varias cartas de amor

            He realizado trabajos y proyectos que terminan siendo cartas de amor

            Las he escrito a hombres que creí merecedores de mis palabras y que he olvidado por mi propio bienestar. 

            He escrito a personas que aún me rodean, pero de las que prefiero no conocer sus reacciones. ¿Cambió su percepción sobre mí?

            He escrito cartas de amor sin entregar, para no mostrar lo verdaderamente vulnerable que soy. Permanecen en mis diarios, en esquinas de páginas en los libros de mis estantes o revueltas entre garabatos que me salen en las madrugadas. 

            He creado las famosas playlist que son cartas muy extensas de amor. Y lo mismo con las películas y series: junta ciertos fragmentos y diálogos y encontrarás emocionantes cartas, con dedicatorias muy específicas. 

            Pero las más valiosas para mí son las cartas de amor que casi nunca plasmo, aquellas que simplemente permanecen en mi mente y en mi corazón. Se reproducen una y otra vez, acompañadas de imágenes, olores, texturas, lugares específicos con sus esquinas y calles. Los más famosos flashbacks. Éstas son las mejores, porque dan pie a más cosas. 

            Y algunas de esas maravillosas consecuencias son las cartas de amor que escribo sólo teniéndome a mí en mente. Ésas me brindan consuelo. Las escribo para no sentirme apartada en aquel día de febrero, son tan hermosas que me alegra ser el destinatario. También me las escribo desde mi ansiedad y depresión y, aunque no sean en papel, terminan siendo una gran fuente de fortaleza. 

            ¿Qué termina siendo una carta de amor? Para mí es de lo más precioso que puede existir, ya que puede ser para una persona específica, pero termina siendo un punto de unión para varias personas. Puede ser la palabra, acción, dibujo o trabajo con las emociones de más de uno.

Y así, somos eternos creadores y receptores de cartas de amor, siempre están allí… siempre están creándose.

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