No es tu culpa, ni la mía

pexels-cottonbro-3419718-scaled-thegem-blog-default

¿Que haga una carta de amor? Muy bien. Nunca he sido buena para esto. De hecho, nunca hice una… creo. ¿Valdrá aquella que parecía de amistad, pero que tenía otra intención? Quiero decir, una que decía: «bla, bla, eres una persona muy especial para mí, bla, bla, lo que viví contigo nunca lo olvidaré y siempre podrás contar conmigo, te quiero mucho». Sí, suena superficial y común, lo sé. Pero seguramente no fue así como se sintió al leerla ¿O sí? Tú dime, porque para ser sincera es lo mejor que pude hacer ese día. A lo mejor ya hasta la tiraste, es normal, no te culpo. Creo que mi intención era bastante clara, porque, según yo, ya lo sabías. 

Nunca tuve “algo más” contigo. Por eso comencé a crear inseguridades en mí; pensé que yo era la del problema y que por eso no te agradaba. “Es mucho para mí”, era lo único que pensaba. Y como todo desilusionado en el amor, por supuesto que llegué a llorar incontables días por ello. Hasta ahora todo se escucha deprimente, pero créeme, no quiero que sea así; porque a pesar de los sentimientos que me causó esa experiencia, aprendí, tal vez a la mala, pero aprendí. 

Aprendí que no todo lo que amas debe amarte de la forma que quieres. No está en tu decisión, está en la suya. Muchas veces esa persona también te aprecia mucho, la diferencia es que no te ama románticamente como desearías. Pero… ¿acaso el que te quiera como una amistad es menos o no importa? Yo pienso que ambas maneras de querer son fuertes. Y a pesar de lo feo que se siente, se deben aceptar los sentimientos del otro. Por eso, si nunca te gusté, no es tu culpa ni la mía. En varias ocasiones fui egoísta y te taché de insensible porque no me amaste. Actúe y te dije algunas cosas de las que me arrepiento; así que aprovecho para disculparme, porque ni tú ni nadie lo merece. 

Te agradezco por los bellos recuerdos que tengo de ti y por la amistad valiosa que me diste. Hoy opino que fue mejor que así se quedara. Tal vez pienses que este texto no era necesario, pues ya todo pasó. Pero aun así me gustaría que volviéramos a tocar el tema, saber qué recuerdas de mí, qué crees que somos ahora, cómo te ha ido, si eres feliz, cuáles son tus sueños y metas, o si te gustaría salir a conversar algún día para aclarar algunas cosas y reírnos de nuevo. No tengo una intención clara esta vez. Ni espero una respuesta. Pero algo que me agradaría es que al leer esto sonrías un poco, y si no es así, no es tu culpa, ni la mía. 

8

Dejar un comentario

X