
I.
Una palabra nunca viene sola,
parecen desentrañadas,
pero detrás de cada una
grita un alma desolada.
Una palabra se encuentra perdida
en un estante de biblioteca
y nunca fue ella misma
porque nunca ha sido leída.
Por más que se escriba y se hable,
por más que mi mente ande,
nunca más una palabra
ha de perderse, ni quedarse.
Una palabra sola no existe
pero, en una palabra,
todo lo que puede ser pensado,
es lo que quiero decirte.
II.
Una palabra sola no existe,
detrás de ellas
siempre hay un escondite.
Detrás hay alegría,
pasión, un amor desconsolado,
una luna escueta,
un café amargo.
Detrás se esconde el odio,
la violencia,
los malos sueños,
el terror
y la dolencia.
Vienen con el consuelo,
la esperanza,
un sabor de amenaza.
Una palabra nunca va sola.
Siempre se tiende,
se estira, camina y canta.
Detrás de una palabra
existe el insomnio,
las madrugadas,
un corazón enfermo de rechazo
y siempre herido
con más de diez pinchazos.
1