Por y para Rosa

pexels-pixabay-161280

Cúmulos sinestésicos anteriormente en reposo, escuchan. De hecho, lo hicieron desde el momento en que su cinismo la había hecho caer de la delgada mampostería que delimita al panteón. Sólo habló para disculparse con el dueño de la parcela en la que aterrizó, con una pena que se conocía de sus años de párvula.

La ansiedad ahora se alejaba de los nichos, asegurando que cada paso dado fuera con miramiento hacia lo vivo y lo que podría o no serlo; saludó brevemente a Gerónimo Vázquez –Lule– con un rozamiento donde creía que se encontraba, justo entre dos mujeres cuyos nombres no podía recordar. Afecto era lo último que le guardaba, pero pensó que, si ella pudo perdonarlo, ¿por qué no ser amable una vez cada tres años? “Cada tres años”. Y aunque ella hubiese querido expresárselo, probablemente quien removía el polvo del epitafio nunca supiese que las mejores cartas para la eternidad son las que no se escriben…

“Cada tres años, pero dejé de escribirte hace seis.” En total, seis cartas: tres cuidadas por una Virgen robada y las últimas abandonadas.”… y creo que no lo había entendido hasta ahora.” Dedicándole el pensamiento, se recostó a la par que sus ojos se acostumbraban a Las Canoas.

“Tal vez mi madre ya te lo ha contado, pero hace tres años su tercer decisión tomó mi mano por primera vez; y no fue hace mucho que, en la tristeza, propia de la aceptación, limpió mis lágrimas, y abrazándome dijo en su temprano lenguaje que me amaba. No lo había entendido hasta que pensé en ti, quien cantó cuando los tratos postreros de la inexperiencia me herían y quien, venciendo a la luz, me abrazó hasta el último estertor; Madre de madres, por quien las cartas de ellas hablaron, por quien han hablado las mías y no lo volvieron a hacer por nadie más.”

“Tal vez marchaste antes de que pudieras vivirlo conmigo; dejé de escribir y me pregunté por qué no recurrí a ti cuando me había perdido. Pero ahora entiendo, porque sé que la prueba que tengo de tu existencia en la abstracción es cuando te siento en el momento en que su risa resalta el brillo de sus ojos…”

 

21

Dejar un comentario

X