Querida colibrí

pexels-philippe-donn-1133957-scaled-thegem-blog-default

Querida colibrí.

Te escribo porque he escuchado que conociste a alguien nuevo.

Él es solo un par de años mayor que tú.

Nueve años no son mucho.

Es sólo un amigo.

 

Sé que eres muy madura para tu edad.

Que desde que cumpliste quince te sientes una adulta.

Alguien como él es con el único con quien puedes hablar.

Te entiende.

No te subestima.

 

Yo sé que él te ayuda a superar a ese chico que hace poco te rompió el corazón.

Él te advierte de las cosas que otros dirán para conquistarte.

Yo sé que crees que él jamás querría algo más que una amistad.

 

Sé que él te lleva a lugares que nunca pensaste conocer.

Es la persona más interesante que conoces.

Tiene mucho que contar y es muy inteligente.

 

Yo sé que te ha dicho que eres hermosa.

Sé que te ayudó a mejorar tu autoestima.

Dice que le gustaría haberte conocido en la preparatoria.

 

Pero él no es así.

No podría querer nada contigo.

Tú lo sabes.

 

Hoy te escribo para advertirte, pues también conocí a un hombre como él.

Yo también tomé por locos a aquellos que supusieron que teníamos una relación.

«Me piensan muy ingenua».

 

Sé que cuando él te besó se disculpó de inmediato.

Te dijo que se alejaría de ti porque le gustabas demasiado para resistirse.

Dice que lo que hizo está mal, parece arrepentido.

 

Sé que fuiste tú quien quiso seguir.

Él te dijo que se alejaría de ti si querías, empapado en lágrimas.

Tú fuiste quien quiso continuar.

Sé que te sentiste culpable tiempo después, pero no dijiste nada. 

Fue tu decisión, ¿cierto?

 

Hoy vengo a decirte que no eras tú.

Vengo a decirte que sentí lo mismo.

Te tocó cuando no te sentías cómoda.

Pero era tu culpa.

Nunca le dijiste que no.

 

Quiero decirte que no es normal que tu padrastro te lleve a citas. 

Que te diga lo mucho que le gusta cómo te ves con esa falda, mordiéndose el labio.

Que diga que desearía que fueras de su edad.

Que diga que «debería ser legal».

 

Colibrí, tienes sólo quince años.

 

Para mí han pasado tres y sigo arrepintiéndome de ese día.

Sigo llorando en las noches.

Me lavo la boca cuando recuerdo sus labios en los míos.

Siguen ardiendo sus manos sobre mí.

No se siente bien. 

Y no quiero que tú te sientas así.

 

Conservo la esperanza de cambiar de piel como los reptiles.

Pero no quiero que tú seas un reptil.

No quiero que sientas la necesidad de arrancarte la piel para quitar cada parte de él.

Quiero que sigas siendo un colibrí.

Uno que decida irse volando de allí.

Que tu canto armonioso, se vuelva estridente.

2

Dejar un comentario

X