Tres viajes: Una historia que hasta este momento era sólo tuya y mía

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Sé que esperan una carta de amor, pero es más un beso de despedida que nunca te pude dar, plasmado en palabras.

Podemos decir que te encontrabas lejos de mí y que tuve que viajar kilómetros  para poder estar a tu lado; pero he de exceptuar el primer viaje porque no tenía conocimiento de lo que me esperaba. Tan sólo iba con mi mejor amiga hacia una aventura que tendría lugar en su pueblo natal.

En ese primer viaje, al tercer día, le hizo una invitación a su prima, sin saber que yo la acompañaría. Me mantuve distanciada, pero algo en usted me intrigaba:

—Hola, soy Vania con V de vaca.

Las primeras palabras que le dirigí exclusivamente a usted.

Durante el transcurso de la noche, se unieron más familiares; charlas y una pizza en el centro, una ronda de preguntas y una despedida. En la madrugada me llegó un mensaje de usted, el inicio de lo que un día llegamos a tener.

Cuatro meses de mensajes y llamadas en espera de un segundo encuentro, de un segundo viaje. Hasta que por fin llegó. Igualmente, en un tercer día, en una reunión familiar, nuestros caminos se volvieron a cruzar. Nuestras miradas se buscaban, y poco a poco nos acercábamos más. Quiero pensar que ambos sentimos lo que llamamos amor y eso fue lo que a usted lo impulsó a pedirme que fuéramos algo. Un primer abrazo largo y, nuevamente, un hasta luego.

La distancia y el tiempo nos consumían, su ausencia me confundía y me preguntaba si realmente me quería. 

Un tercer viaje, sin saber que sería el último. Nos vimos tres días seguidos: salidas, charlas y boberías. Una pregunta rondaba en el aire: «¿Qué significaba esto?». Nuestro último día juntos, usted le dio respuesta a la interrogación: promesas y planes que no se iban a cumplir. Y en forma de despedida, con el anhelo de volverlo a ver, un abrazo largo y un te quiero sincero que me permitió sentirme en casa por unos segundos que se interpretaban en un impulso para arriesgarlo todo.

Una llamada, seis meses y ocho días después, dió el cierre, que ya veíamos llegar a esta pequeña historia de tres viajes. La distancia me impidió despedirme correctamente.  Sólo pude darle las gracias y colgué, dejando un vacío a lo que fue, lo que era y lo que pudo llegar a ser. Eso fue sólo de usted y mío, una historia de la que nadie más tenía conocimiento, un amor peculiar. Un amor de tres viajes y nada más.

 

Con cariño, Vania con V de vaca.

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