Hoy fui al médico

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              Hoy fui al medio y le dije que me dolía mucho el pecho y el corazón, que sentía que no latía o que ya no estaba ahí; sentí cómo le daban golpes cuando nadie estaba a mi alrededor. Luego de su revisión sólo obtuve una respuesta: “tú corazón está bien, late con fuerza”. Pero algo me decía que eso no era cierto. 

Volví a casa y ya no me dolía, pero revisé mi teléfono con tus mensajes anteriores, con nuestras fotos y el dolor volvió. Algo no andaba bien. 

-Bip, bip, bip… -eso sonaba en mi mente.

Quise olvidar lo que leí, lo que vi, y no pude. Entendí que el dolor de mi corazón lo causaban tus recuerdos que se aferraban a él. Decidí salir a caminar y mis ojos se llenaron de lágrimas al recordarte. Creo que tengo una herida que no logro sanar, así como cuando te cortas con papel y todo arde. Le hablo a mi corazón y le digo que lo sanaré, pero no quiere; aún sigue aferrado a ti, o mejor dicho, a la expectativa que se hizo de ti. 

Poco a poco, mi refugio dejó de ser tus brazos y tus manos frías, preferí los míos que me sostienen cuando me sueltas. Le pido disculpas a mi corazón por creer que había llegado el amor, pero más aún le pido perdón por creer que el amor verdadero era con otros y no conmigo.

Hoy fui al médico y me recetó olvidarte, tomarte de la mano y soltarte para encontrarme.

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