Flores secas

hd-wallpaper-gf965cb95e_1920-thegem-blog-default

No estoy segura de si esta carta es de amor o del sentimiento opuesto; puede ser que se trate de ambos, pues por ti soy capaz de escribir empleando todas las emociones existentes. Me llevas de la efusión a la depresión en siete segundos, y viceversa. Cuando pienso en ti tengo un surtido repertorio de recuerdos; me provocas un aluvión de emociones contrarias, aunque complementarias.

Si tengo que elegir, mi favorito es el sentimiento de plenitud que me provocaba tenerte a mi lado; no quería que ese momento se terminara pues las cosas no son lo mismo sin ti. Tú mejoras el ambiente de cualquier lugar y resaltas por tu amplia variedad de cualidades. Te amo más allá de lo que mis ojos con astigmatismo pueden ver. Amo también todo eso de ti que solo puedo sentir cuando nos abrazamos y escucho tu corazón latir a ritmo con el mío.

Tu amor se siente tan inmenso como el mar, juntos pintamos el horizonte de un azul infinito. Fuimos inmensidad, pero ahora somos tan pequeños que cabemos en un cajón, nos reducimos a memorias que guardo en una caja de zapatos: unas decenas de entradas de cine, envoltorios de chocolates, cartas escritas a mano y unas cuantas flores secas. Si nada de esto fue real, entonces puedo afirmar que fuiste la fantasía más mágica y reparadora que he soñado. Pero ya estoy cansada de soñar.

Ambos amamos el café, solo que tú te lo bebes y yo soy más de mirar tus ojos hasta perderme. Esos ojos que han visto cada rincón de mí y que han presenciado todas mis facetas. Cuánto deseo que vuelvan a mirarme con el mismo brillo de aquella noche de agosto, la noche desde la que mi corazón se acelera emocionado cada vez que escucho tu voz. Admito que dejarte ir es la demostración de amor más dolorosa, pero elijo sufrir ese dolor y no la ansiedad que me causa tenerte y ver que te pierdo.

Prefiero soltarte que persistir sabiendo que nos hacemos daño. No quiero que la terquedad me asesine. Añoro tu persona, pero las flores secas no van a recuperar su color aunque las ponga en agua, están muertas y van a continuar secándose hasta volverse polvo. No tienen remedio. No tenemos remedio. Vete antes de que el daño sea irreparable, vete ahora para burlar al peligro de fallar al intentarlo de nuevo, vete antes de que te arrastre conmigo al fondo.

¿Aquí es donde el amor que salvó mi vida se acaba? ¿Dejarnos ir así es valiente o cobarde?

109

Dejar un comentario

X