Coincidir en este mundo,
entre tantas voces,
y habernos visto,
ha sido el milagro más bonito.
Gloriosa esa sonrisa tuya que ilumina mi día,
esa sonrisa que consume el dolor de mi alma,
esa sonrisa que abraza mis miedos,
y los transforma en un mar en calma.
Suplicando un beso,
me rozan tus labios,
aliviando mi pena,
aliviando mi sufrir.
Tenemos suerte por habernos encontrado,
poder llamarte mío
y apreciarte en mis pensamientos cada que se me antoja.
Compartiendo tiempo de nuestra vida.
Agradezco por tu existencia,
por tus suaves caricias,
por tus hermosos ojos
que dicen que me amas.
Y cuando lleguemos al destino,
habremos sabido aprovechar
cada pequeña delicia que la vida nos dio.
Habremos disfrutado nuestro pequeño dulce esplendor.
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