Es mejor decir adiós

pexels-rene-asmussen-334978-scaled-thegem-blog-default

Sigo esperando por ti. Como cada tarde, sigo sentada en nuestra banca enfrente del bosque que tanto nos gustaba explorar; uno que otro animal corre de aquí para allá, espiándome detrás de las ramas, viendo cómo dejo caer las lágrimas que tanto he retenido, que tantos estragos me han causado desde tu ausencia. En mis ilusiones aún espero que llegues y me abraces, que digas todas las cosas que jamás dijiste, todas las cosas que deseé saber de ti. ¿Acaso me querías más o me querías menos? Una amarga sonrisa se dibuja en mis labios porque si ese era el caso, yo te hubiera amado al doble. 

En el cielo no hay ni una gota de sol, pero si mil de lluvia, ¿el cielo lloró tanto como yo el día que te perdí? 

Hoy, el bosque se ve diferente. ¿Tal vez lo sepa? Yo se lo conté, es hora de dejarte ir, hoy me vengo a despedirme de ti. ¿Acaso este ser lleno de secretos será capaz de extrañarnos? Al menos a ti sí, lo llenabas de vida, con tus ojos marrones, con tu sonrisa y con la melodía de tu voz. Aún te puedo sentir conmigo, pero sé que al voltear no veré nada, sólo neblina, y me causa un dolor inimaginable. 

Las cosas se rompen, los humanos se rompen, nos rompen, todo en algún momento colapsa. Y ya no puedo seguir extrañándote porque es una lanza que atraviesa todo mi ser y que está ahí, sin moverse, sin matarme, haciéndome daño, agrietándome más. Hoy quiero dejarte ir, junto con todos los recuerdos y las palabras. Hoy me iré de aquí y no te volveré a pensar jamás, porque no te debo amar, ya que tú nunca lo hiciste. 

Es hora de dejarte ir, de soltar tu mano y de volar a un mundo más brillante, a universos más interesantes; es hora de aprender que las personas se rompen, pero se pueden reconstruir, es hora de aprender que es mejor decir adiós. 

8

Dejar un comentario

X