Navegación

En las mansas corrientes de tus manos

y en tus manos que son tormenta
en la nave divagante de tus ojos
que tienen rumbo seguro

en la redondez de tu vientre

como una esfera perpetuamente inacabada

en la morosidad de tus palabras
veloces como fieras fugitivas
en la suavidad de tu piel
ardiendo en ciudades incendiadas
en el lunar único de tu brazo
anclé la nave.

Navegaríamos,
si el tiempo hubiera sido favorable.

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