Querido Ariel:
Lo que no quiero para nosotros es que alguno de los dos se sienta sofocado por tanto amor incomprensible.
Quizás es tiempo de intentar reparar las cosas que se rompen, de aprender a mimar lo que se tiene, de dejar de llenarse la vida de cosas que valen menos de lo que aparentan.
Déjame curarte de los que te rompieron y después te abandonaron en una cuneta porque no funcionabas en sus vidas.
Déjame repararte y quedarme contigo el tiempo que la vida o tú decidan.
Quisiera verte más seguido para que me mimes a cada segundo, me abraces y me hagas sentir segura; que me digas lo importante que soy en tu vida y me sonroje.
Posdata:
Cuando te tengas que ir deja que yo me retire primero con todo el amor en la mano, deja que mi cabeza me mate al pensar si pudo haber sido diferente, deja que mi último acto de amor hacia ti sea dejarte ir y, también, aprender a irme de ti.
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