El pegamento: ¡La Paz!

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¿Y si en verdad Aristófanes estaba en lo correcto en “La Paz”? Es decir, desde aquel entonces, ya había petardeado a toda la filosofía moral y en especial a Kant, para demostrarle que los valores o las virtudes, como la paz, sí son cosas que se pueden hurtar, romper, robar o modificar. Allá en “La Paz” vemos por qué y cómo Atenas es derruida y liberada gracias al secuestro de la diosa de la Paz. ¿Dónde estarían la Verdad, la Confianza o la Justicia hoy en día? ¿Quién las ha secuestrado, hurtado o dañado?

Hoy decimos: ¡Qué injusto! ¡Qué desconfiado! ¡Qué mentiroso! ¿Dónde se alojan esos valores? ¿Cómo evaluamos las virtudes? ¿En qué lugar reside la valía de lo valioso (sic) de lo correcto o lo incorrecto? ¿Quién determina lo que es moralmente correcto? ¡Policía, policía, me han robado una verdad! ¡Cállate, Kant!

Hoy la esclavitud está abolida, antes era injusto tener un solo esclavo. Ayer no se podía confiar en un homosexual, hoy se celebra la diversidad total del humano. Ayer se confiaba en la edificación de una guerra, ahora se desconfía de todo acto bélico. ¿Dónde está el límite y qué hace que los valores y virtudes sean o no cosas físicas capaces de ser en el mundo?

¡Hoy he roto tu confianza!, espeta aquél. ¿Cómo o dónde la dañé? Como copa de cristal que se quiebra, parece imposible que se pueda volver a unir para ser la misma en sí y para sí. ¿Y si encontrásemos el pegamento de cristal 5000? ¿Dependería del diestro en pegar cristal para que esa copa se recuperase y nunca más dudase de sí? ¿Acaso hay adhesivo 9450 para la taza rota de desconfianza? ¿Existirían los diestros en unir a todos los mundos con el pegamento de “La Paz”? ¡Un experto en pegar el corazón roto! ¡Socorro!

¿Acaso las segundas oportunidades son el adhesivo que da la humanidad? Pero, ¿cómo y dónde podrían renovarse un Hiroshima y Nagasaki? ¿Cómo podrían recuperarse todas aquellas almas que deambulan en el Hades? ¿Existe un lugar de chances secundarios para los mitómanos, obsesos, pedantes e ignorantes? ¿Qué engrudo sin justicia, paz, dignidad, amor, verdad, belleza y bondad podría resarcir el daño que la humanidad hace en una sola palabra, en un único acto o en acciones sistemáticas de terror y dolor? 

He aquí la solución: ¡Para la guerra, la oficina, el conflicto, la escuela, la discusión, o el trabajo, tenga usted su pegamento la paz, sí, ¡La Paz!, el pegamento eidético para el conflicto moral. ¡La Paz! ¡Pega de dignidad! ¡Pega de bondad!

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