Li O`onil

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El corazón de mi casa se despide con una última temporada de mangos,

la gente dice que si no se va pronto sus cimientos van a terminar por tirar la casa,

yo me siento melancólica y pienso que si se va lo voy a extrañar, 

me gustaría que se quedara, me arrepiento mucho por no saber agradecer por él.

 

Yo solo me dedico a verlo por la ventana en las tardes de sol, y suspiro, 

porque gracias a la vida crecí con vista al corazón de la casa, 

el atardecer naranja y el canto de las aves de fondo, 

la luna llena colándose entre sus ramas por las noches, 

el corazón nos regala la sombrita y el manguito y la vida, y no nos damos cuenta.

 

El corazón de la casa se va,

y solo puedo pensar en qué pasará con las ardillas que viven ahí, 

los pajaritos que llegan a comer, 

y la vida que respiramos, ¿en dónde quedará?,

le estamos quitando un pedazo de pecho al mundo, y no nos damos cuenta.

 

Y así pasa en todo el planeta, 

gente quitando millones de trocitos de pecho sin remordimiento,

nos quedamos sin oxígeno,

pensando, que todavía tenemos mucho tiempo,

y el tiempo termina, y no nos damos cuenta.

 

Nadie se da cuenta y nadie hace nada.

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