
Intenté remediar lo que se rompió,
amigos, amores y promesas.
Lo intenté sin darme cuenta de que
tal vez no todo puede arreglarse.
He tratado de entender la vida
en un mundo triste y roto,
en una persona tan egoísta
que al final rompe a los demás.
Un mundo en que las cosas
no pueden durar para siempre,
sin importar que nos aferremos
todo debe llegar a su final.
Pero he logrado encontrar la belleza
en aquello que está hecho pedazos,
recuerdos de momentos felices,
sueños y deseos abandonados.
He logrado encontrar calma
en fantasmas del pasado,
en juramentos incumplidos
y en los que se marcharon.
La certeza de que alguien roto
todavía puede quererse
y que aquello que perdimos
a veces es mejor dejarlo ir.
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