
No fuimos un camino de senderos que llegan a todas partes
ni un mar que de costa a costa ahoga sus lágrimas en la sal,
fuimos simplemente una verdad que duró poco
en un tiempo que se arrastró como un
ca ra col
No fuimos ninguna tregua ante las desdichas
ni la calma para esas noches tremulantes de sábanas mojadas,
fuimos nada menos que el paso libre de la vida
rondando como hace el viento, que agita la maleza,
que hace temblar las hojas.
No fuimos nada que no hubiera deseado ser contigo
ni un pasaje bíblico para soportar el dolor y la angustia,
fuimos un candelabro que danzaba, de vez en cuando,
en alguna clase de sintonía.
No fuimos la lealtad que nos debíamos
ni un canto a la luna mientras bailábamos desnudos,
porque nunca bailamos juntos.
Fuimos una que otra risa, sexo en la mesa del pasillo y un florero hecho de papel
al que el paso del tiempo no destruye como lo hace el agua.
No fuimos la promesa de sabernos uno solo
ni las manos entrelazadas en medio de la adversidad recurrente
fuimos nosotros la adversidad, los flagelos en carne viva, la piel deshecha y
r o t a
porque vivíamos en nuestro propio mundo
con pequeñas bromas, con jugueteos pasivos,
con palabras huecas que alargaban el vacío
y que terminaron con todo, incluso con todo eso que nunca fuimos.
10